JAPÓN, UN REPASO DE SU RECIENTE HISTORIA

Anteriormente realicé un informe económico sobre el grupo G7+Rusia, formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, el cual forma una alianza de un grupo selecto de países que desempeñan fundamentalmente un papel de orientación e impulsión política y se basa en valores compartidos como el respeto de los derechos humanos o del derecho internacional, su origen se remonta a 1975.




 El país que voy a comentar de todos ellos es Japón, haremos un repaso historico-economico desde el comienzo de la era Showa hasta la actualidad analizando el auge de este país, a su vez trataremos también trataremos 4 factores destacados que me han llamado la atención mientras hacia el informe en una comparativa con el resto del grupo G7+ Rusia: El nivel de inflación, la inversión en I+D, el nivel de desempleo y el nivel de deuda publica. 

La era Showa en Japón (1926-1989) fue un periodo de transformaciones que marcaron la evolución del país. En la primera mitad de esta era estuvo caracterizada por el auge del militarismo, Japón expandió su influencia en Asia a través de invasiones y conflictos, como la ocupación de Manchuria en 1931 y la entrada en la Segunda Guerra Sino-Japonesa en 1937. Estos conflictos fueron la base para la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial en 1941 como parte de las potencias del Eje. La participación en la guerra dejó a Japón en una situación devastadora después de la rendición en 1945, con ciudades destruidas y una economía en ruinas.

Sin embargo, la adaptación japonesa se manifestó de manera extraordinaria en la posguerra. La década de 1950 vivió el inicio del "milagro económico japonés". Dedicando sus esfuerzos hacia la reconstrucción y la consolidación de la industria, Japón experimentó un crecimiento económico espectacular. La disciplina laboral, la calidad de los productos y la innovación tecnológica fueron elementos clave en este renacimiento económico. Algunas empresas como Toyota y Sony destacaron a nivel empresarial mundial y Japón se transformó en una potencia económica y tecnológica.


Este éxito económico tuvo repercusiones materiales al igual que dio una identidad a Japón en el mercado internacional. La mentalidad colectiva, la dedicación al trabajo y la obsesión en la calidad se convirtieron en características distintivas de la sociedad japonesa. La era Showa marcó no solo una recuperación económica, sino también un nuevo concepto de Japón. La segunda mitad de la era Showa estuvo marcada por problemas. La burbuja financiera de la década de 1980 surgió por la especulación y la sobrevaloración de activos, finalmente estalló en la década de 1990. Este período es conocido como la "década perdida", principalmente estuvo marcado por el estancamiento económico, la deflación y ajustes estructurales.

En la era Heisei (1989-2019), hubo respuesta de Japón a estos problemas. Durante el cargo de primer ministro, Junichiro Koizumi, se implementaron reformas estructurales en las primeras décadas del siglo XXI. Sin embargo, estas reformas llevaron tiempo en ser efectivas.

Japón ha experimentado bajos niveles de inflación durante gran parte de la era Heisei. A pesar de los esfuerzos del Banco de Japón para combatir la deflación, a la economía le ha costado alcanzar el objetivo de inflación del 2%. Esto ha llevado a la implementación de estrategias como "Abenomics" en 2012 bajo el cargo del primer ministro Shinzo Abe. Esta estrategia buscó estimular el crecimiento económico, a pesar de estas medidas, la inflación se ha mantenido baja y esto ha influido en la política monetaria, dando lugar a tasas de interés negativas para fomentar el gasto y la inversión. La gestión de la inflación sigue siendo un desafío en la economía japonesa que ha influido en la toma de decisiones tanto a nivel de consumidores como de inversores

Japón también ha mantenido tradicionalmente bajos niveles de desempleo, una característica clave es su estabilidad laboral. Sin embargo, la dinámica del empleo ha experimentado cambios con el tiempo. Aunque los niveles generales de desempleo han sido bajos, ha habido un aumento en el empleo a tiempo parcial y en formas atípicas de empleo. Las políticas se han centrado en mejorar la educación y la formación, así como en adaptar el mercado laboral a las nuevas tendencias. Japón esta buscando encontrar un equilibrio entre la estabilidad del empleo y la adaptabilidad a las nuevas formas de trabajo en un entorno económico en evolución.

El gobierno japonés ha implementado políticas de inversión en I+D para fomentar la colaboración entre las universidades, la industria y el gobierno destacando en áreas como la inteligencia artificial, las energías renovables y la biotecnología. Este aumento en la inversión en I+D no solo busca mantener la posición de Japón como líder tecnológico, sino también tratar desafíos como el envejecimiento de la población y el cambio climático.

Un gran problema al que se enfrenta Japón es la deuda pública, la deuda pública en Japón ha sufrido un aumento considerable generando preocupaciones sobre su sostenibilidad a largo plazo. Factores como la inversión en infraestructura, programas de estímulo económico y el impacto del envejecimiento de la población han contribuido a este aumento. A pesar de la magnitud de la deuda, Japón ha manejado habilidosamente esta situación con relativa estabilidad. La confianza en la solidez de su economía y la disposición de los inversionistas a comprar bonos gubernamentales han contribuido a esta gestión eficaz. Sin embargo, la gestión de la deuda sigue siendo un acto delicado, ya que el gobierno busca mantener la estabilidad financiera sin frenar el crecimiento económico.



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